El FC Barcelona de los últimos años no hubiera ganado este viernes en Kaunas. Ni hubiera estado por delante en el marcador los 45 minutos. Probablemente se habría derrumbado en la prórroga. Y seguramente el tiro de Davies sobre la bocina hubiese entrado y Zalgiris habría festejado una remontada de las que se recuerdan décadas después. Pero los condicionales no existen en el deporte y los de Pesic sumaron su quinta victoria consecutiva en la Euroliga tras ganar a Zalgiris 85-88, rompiendo así una racha de dos tropiezos seguidos en Kaunas -aunque ha ganado en 11 de sus últimas 13 visitas a la ciudad lituana- y situándose en la zona noble de la tabla con un balance de 5-2. Gentileza de Miguel Lois – fullbasket.es, desde Kaunas
Tres victorias más que Baskonia, dos más que Olympiacos y por delante de Panathinaikos. Ni lo más optimistas hubieran imaginado tal escenario tras el inicio de competición con derrotas en Moscú y Gran Canaria). Pero este Barça, aunque tenga vaivenes, es más sólido en defensa y es capaz de marcar el ritmo del partido. Construir así es más sencillo.
Pangos acabó con 10 puntos (6 en la prórroga), pero antes Kuric (15 puntos, 5 triples), Tomic (14) y Blazic (11, omnipresente en cancha) habían liderado a los azulgrana, que fueron por delante los 45 minutos de partido (salvo el 0-0 y el 76-76 de la prórroga).
El Barça lleva el ritmo
El guión anticipaba un duelo directo entre Tomic y Davies, las dos referencias interiores de Barça y Zalgiris respectivamente. Y así fue en los primeros compases del partido. Dos perfiles de pívots distintos. Lo canónico contra lo contemporáneo. Mientras el croata hacía gala de su depurado movimiento de pies al poste, el estadounidense sacaba rédito de su capacidad atlética. Entre ambos se repartieron 10 de los primeros 11 puntos del encuentro (4-7, min 3).
Quiso cerrar la zona Zalgiris, y el Barça lo aprovechó para disparar desde más allá del arco. Kuric, Hanga y de nuevo Kuric abrirían la primera brecha del choque con tres triples (9-18, min 7). Tuvo que pararlo Jasikevicius, hiperactivo y visiblemente desquiciado por los fallos defensivos de su equipo. El técnico lituano realizaba aspavientos sin cesar. Broncas por doquier.
Más o menos exacerbadas, esas reprimendas surgieron efecto. Mejoró Zalgiris en defensa con Ulanovas y White, mientras Wolters y Walkup lideraban el ataque, más trabado que de costumbre por el buen hacer azulgrana -Hanga primero y Blazic después como estiletes atrás-. Cuatro puntos consecutivos de Walkup pusieron a los locales a solo dos puntos (18-20, min 9), pero un triple de Heurtel tras bloqueo silenciaría el Zalgirio Arena para cerrar el primer periodo (18-23).
Infalible Kuric, resiliencia lituania
Tras anotar cuatro triples en el primer periodo, el Barça repitió fórmula en el segundo, menos vistoso en términos de efectividad. Blazic y Claver, con dos triples al borde de la posesión, pusieron el 20-30 en el marcador (min 15, máxima diferencia en la primera mitad). Se sentían cómodos los de Pesic, salvo Séraphin, agobiado ante las incesantes manos de los locales. El francés se frustró y se fue al banquillo con una aportación mínima en casi 7 minutos (2 puntos y 1 pérdida).
Wolters y Walkup emergieron de nuevo como líderes de un Zalgiris que mejoró ostensiblemente la circulación de balón y acortó diferencias (26-30). Apareció entonces Kuric, impoluto desde el triple, para subsanar las trabas culés en ataque (32-38). Después de bloqueo, fijando los pies, desafiando al aro, apuntando cual cazador, alzándose con una elegancia extrema. Bingo. Chof. Infalible. Doce puntos al descanso (4/5 en triples).
Davies, desde la línea de tiros libres, volvería a reducir la distancia a cinco puntos justo al descanso (34-39).
Aumenta el ritmo
El paso por vestuarios animó a ambos equipos, que en apenas cuatro minutos y medio se combinaron para un total de 23 puntos (47-49, min 24). Incidió el Barça en la figura de Tomic, un seguro de vida al poste, y Kuric selló su quinto triple pese a la brillante oposición de Wolters. Zalgiris respondía con un triple de Ulanovas y cuatro puntos de Kavaliauskas, un gladiador más celta que báltico.
Más ritmo, más anotación, más diversión.
Hasta que Zalgiris se estancó. La entrada de Blazic, todo pundonor, contagió a sus compañeros, agresivos en cada línea de pase y coordinados en el cambio por contacto para forzar a los locales a realizar tiros mal seleccionados. White, Walkup, Ulanovas. Ningún jugador encontró la fórmula para romper la férrea defensa azulgrana. Singleton y Tomic -más Oriola, Séraphin ya no entró en la rotación- echaron el cerrojo y controlaron el rebote.
Jasikevicius presenciaba, con impotencia, el poco acierto de sus pupilos.
Los verdes solo anotaron 3 puntos en los últimos 5 minutos de cuarto, hecho que aprovecharon los azulgrana, con un Blazic también productivo en ataque, para abrir una brecha de diez puntos antes del 4Q (50-60).
Un 17-4 para forzar la prórroga
Se las prometían muy felices los azulgrana con un parcial de 4-12 con Singleton y Claver castigando dentro. Incluso el Zalgirio Arena pareció bajar los brazos ante la brecha de 13 puntos (59-72, min 36). Pero ay, bendita ignorancia. Jasikevicius diseñó una presión a toda cancha que actuó como una telaraña sobre la que el Barça picó hasta tres veces, acumulando pérdidas y viendo como Zalgiris reducía la diferencia (67-74, min 28).
Lo peor estaba por llegar. Se colapsó el Barça, incapaz de mantener la posesión y de seleccionar bien sus tiros, y los locales entraron en un bucle de ritmo y anotación imparable. Muchos puntos los metieron los aficionados, elevando los decibelios hasta Vilnius. Wolters comenzó el sueño y White, con un espectacular alley-oop, puso la guinda. Y el broche de oro pudo firmarlo Davies, pero su tiro sobre la bocina no entró. Prórroga tras un parcial increíble parcial de 17-4.
Pangos sentencia
Aseguran que el equipo que fuerza la prórroga suele alargar la buena inercia y se lleva la victoria. No fue así esta vez. Pangos, ovacionado durante la presentación, anotó cinco puntos seguidos (triple + bandeja) y abrió una brecha que ya sería insalvable para Zalgiris (76-83, min 43). Y eso que los lituanos, aupados por un público que no dejó de creer, apretaron hasta el final gracias a las acrobacias de White y a la efectiva presión a toda cancha. Pero el Barça no iba a tropezar dos veces con la misma piedra y el base canadiense, desde la línea de tiros libres, certificaría el triunfo.
Foto: EuroLeague Media
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