Willy Hernangómez lleva meses entrenando como un atleta (lo ha dicho en el diario Marca). En la actual NBA nadie quiere vivir cerca del aro. Está de moda alejarse de la zona, ir a la playa del triple y los chapuzones de tres puntos. Willy, un gigante cuyas manos convierten melones en canastas, produce por minuto cómo nadie, puntos y rebotes pero juega poco. A meses de inaugurar su cuarta temporada en EEUU, este pívot quiere (y puede) ser mucho más que un poste que saca petróleo cada 10 minutos en cancha. Vive en lucha
Guillermo Gustavo Hernangómez Geuer, 25 años, 2,10 m, de Madrid (27/05/1994). Trayectoria: (2012-13) Real Madrid EBA y 6 partidos ACB; (2013-15) Cajasol Sevilla;
(2015-16) Real Madrid; (2016-18) New York Knicks, en febrero de 2018 ficha por Charlotte Hornets; 2018-19, juega con Hornets el tercio final de la liga; 2019-2020, contrato en vigor con Charlotte.
1. Creciendo en Cajasol Sevilla el año del terremoto Curry
Willy Hernangomez Geuer (con la selección española luce ahora el apellido de su madre, gran jugadora) crecía como pívot en Sevilla mientras el mundo estallaba, en su caso, para mal. En 2014–15, la NBA ardió. Los Warriors lograron el título con Curry como líder de un estilo que ha devuelto el protagonismo a esos locos bajitos, que diría Serrat, que gobernaron el basket de hace décadas cuando los altos no sabían botar el balón dos veces sin darse en el pie.
Antes, en su primera temporada cedido allí por el Real Madrid (2013-14), Willy empezó a despuntar. En ese primer año en el Cajasol, entrenado por Aíto García Reneses, sudó 13 minutos por partido mostrando férreos deseos de mejora. Y se ganó espacio. Así, con Luis Casimiro como técnico, ya disputó 21 min. por día en el curso siguiente (2014-15), yéndose en liga a una media de 5,9 puntos y 3,2 rebotes. En ese periplo andaluz bianual, coincidió con Porzingis, con más galones que él por llegar antes y también por su mayor facilidad anotadora. Allá, progresaron ambos.
2. Mendigando minutos en el Real Madrid, o casi
El Real Madrid contó con Willy Hernangómez para la liga 2015-16. El mundo era suyo. Calidad, potencial, juventud, ganas, todo eso y más giraba alrededor de su llegada a la capital pero… en la España deportiva hay menos paciencia que fotos de Bobby Portis en casa de Mirotic.
El pívot madrileño acabó ese ejercicio madridista promediando 12,6 min. para lograr 6,6 puntos y 3,9 rebotes. Cuando salías a la cancha, algunos teníamos la sensación de que, a los ojos de Pablo Laso, casi mendigaba minutos. No los hubo. Todavía hoy no sabemos hasta qué punto faltó confianza en él o fue una mera cuestión práctica ante una plantilla ganadora donde el resto de fuerza interior la ponían ese año Reyes, Ayón, Thompkins y Lima (¡jugó tanto como Willy!).
3. Si no vales (del todo) para la ACB… vente a la NBA
Tras no salir más de 22 minutos es ningún encuentro de su último año ACB (en 9 de ellos participó en menos de 10 min.) y ya que el año previo, 2015, había sido elegido en el número 35 del draft por Philadelphia 76ers y traspasado a New York Knicks, Willy sacó el billete para volar a la Gran Manzana porque así se lo pedían.
Su debut en 2016-17 fue de película: 72 partidos, media de 18,4 min., 8,2 p. y 4,6 reb. El mundo era suyo, ahora sí. Eso pensamos muchos entonces pero la dinámica de la Currymanía azotaba la NBA de entonces (y la de hoy). Ante un small ball en alza, los Knicks, una franquicia tan sexy como alocada donde no hay renglón derecho, a este Hernángómez le tacharon del reparto principal.
Tras ser designado como parte del Mejor Quinteto de Novatos del curso 2016-17, en ese equipo donde coincidió con su amigo Porzingis, le dieron otro palo imprevisto. Su segundo curso allá le recordó que los jugadores europeos deben subir la montaña dos veces.
Perdió protagonismo en la rotación y acabó el año con 8,9 min por noche, la mitad de su estreno NBA, de ahí que en febrero de 2018 se subiera a un avión con destino a Charlotte.
4. Contrato en Charlotte hasta 2020, nace el atleta
En 2018-19, Willy volvió a demostrar su potencial para ser un jugador de doble-doble. Promedió 14 minutos para conseguir 7,3 puntos y 5,4 rebotes. De nuevo, le ves jugar, miras todo lo bueno que hace en tan poco tiempo y no puedes evitar una pregunta: ¿por qué nadie le da 25 min./partido?
A sus 25 años, hoy, Willy Hernangómez, que supera el 55% de acierto en tiros de dos hasta casi sin mirar (cerca del aro anota bien igual en escorzos, que con fintas, lanzamiento a tablero, bote corto, a aro pasado o en suspensión corta…), hoy, digo, ensaya cada vez más los triples, trabaja para ganar rango de tiro [no llegó al 70% de tino en los libres el pasado año] y demuestra que ya ha ganado velocidad para sacar más provecho al pick and roll, logrando ya con España ágiles ataques al aro desde lo alto de la bombilla con mate final…
Jugador de cuerpo diesel al que le cuesta echar el balón al suelo o asistir porque no todo pívot puede ser Nikola Jokic (más talentoso pero menos fiero), Willy entrena para ser más liviano sin perder hambre ni esa productividad convertida en seña de identidad, en tatuaje indeleble.
La NBA está enamorada de los locos bajitos. Willy no lo tiene fácil. Lo sabe, y declara que está preparándose aún más para ello.
Ojalá Willy Hernangómez Geuer siga muchos años subiéndose a los aviones de la NBA… y de la selección española. Salvo que cierren los aeropuertos, en la ACB habrá siempre clubes y espectadores decididos a esperarle (que algunos se lo tatúen en la frente).
Xabi Sanmartín, periodista autor de “El Gran Libro del Obradoiro” y asesor del estudio web www.amplitude.es
Fotos: ACB Photo & Photo NBA Media
Redactor · Artículos de opinión
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