Allen Iverson, un rey sin anillo

Philadelphia es una de las franquicias de moda en la NBA. Tras volver a los Playoffs seis años después de su última aparición en 2012, los 76ers afrontan un futuro esperanzador con una plantilla repleta de grandes promesas como Ben Simmons o Joel Embiid. Dos jugadores dispuestos a hacerse un hueco en la historia de la franquicia, con un único objetivo a largo plazo: ganar el anillo de la NBA. Un camino por el título que ha comenzado esta misma temporada alcanzando las 50 victorias en la temporada regular, primera vez que llegan a esa cifra desde la temporada 2000-01, año en el que llegaron a las Finales de la NBA comandados por Allen Iverson

Allen Iverson ha sido uno de los jugadores más talentosos y controvertidos que ha pasado por la NBA en los últimos 25 años. Una estrella que brillaba con luz propia en las canchas y que generaba sentimientos encontrados fuera de ella. De hecho, las últimas informaciones sobre The Answer (La Respuesta) están relacionadas con su mala gestión económica en su trayectoria profesional. Un jugador que se embolsó más de 150 millones de dólares durante sus 15 temporadas en el baloncesto y que actualmente se encuentra arruinado. Problemas con el alcohol, las drogas o con su exmujer, amante del mundo de las apuestas de cualquier tipo, como puede ser Casino Epoca casino online, o compras continuas de joyas y coches de lujo fueron algunos de sus principales derroches.

Su historia de amor con los Sixers

En 1996, Philadelphia 76ers seleccionó a Allen Iverson en la primera posición del Draft, por delante de jugadores como Steve Nash o Kobe Bryant. Con sus 1,83 metros de altura se convirtió en el jugador más bajito en ser elegido en primer lugar de la historia de la NBA. En su primer partido como jugador profesional anotó 30 puntos con la camiseta de los Sixers ante los Milwaukee Bucks el 1 de noviembre de 1996. Una primera muestra de su talento anotador, un encestador compulsivo que promedió 27.6 puntos durante sus 14 temporadas en la liga.

En su primera temporada promedió 23.5 puntos, 7.5 asistencias y 2.1 robos por partido, unas estadísticas con las que consiguió el premio al Rookie del Año. Además, en los últimos ocho partidos de la Temporada Regular promedió 39 puntos, con cuatro encuentros con 40 o más puntos, convirtiéndose en el único novato en la historia de la competición en conseguir estas cifras.

En la campaña 1998-99, Iverson se había convertido en el jugador franquicia de los Sixers. Una historia de amor que se materializó con una extensión en su contrato por valor de 70,9 millones de dólares por seis temporadas. Ese mismo año, el base de Hampton se convirtió en el máximo anotador de la NBA promediando 26.8 puntos por partido, galardón que repetiría en 2001, 2002 y 2005.

Iverson llegó a la cumbre de su carrera deportiva en la temporada 2000-01 cuando se convirtió en MVP y llevó a Philadelphia 76ers a las Finales de la NBA, algo que no conseguía la franquicia desde 1983. Un enfrentamiento ante Los Angeles Lakers de Kobe Bryant y Shaquille O’Neal que terminó con un balance de 4-1 para la franquicia de púrpura y oro. Un rey sin anillo que para leyendas actuales como LeBron James sigue siendo “el mejor jugador libra por libra de todos los tiempos”.

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