Jugoplastika 1988 (I): Cuando todo encaja como debe

Zeljko Jerkov, un estratega astuto, tenía entre manos un secreto bien guardado: Jugoplastika, un equipo impredecible que pronto haría historia. Conocedor de su potencial, Jerkov se frotaba las manos, anticipando el impacto que tendrían sus talentosos jugadores

Jerkov, un veterano de los gloriosos días del Split en los 70, fue elegido para liderar el renacimiento del club en un contexto de competencia europea intensa.

Pero para comprender verdaderamente la grandeza de este equipo, debemos sumergirnos en la mente tácticamente obsesiva de Bozidar Maljkovic. Maljkovic, el arquitecto de lo que él llamaba el “equipo más talentoso de todos los tiempos”, reunió a una alineación de jóvenes prodigios, la mayoría por debajo de los 23 años, que incluía a Toni Kukoc y Dino Radja como abanderados, cuya química en la cancha se convirtió en legendaria.

Maljkovic no dejó piedra sin remover para fortalecer el equipo desde el principio, atrayendo talentos como Dusko Ivanovic para unirse a las filas de Velimir Perasovic, Kukoc y Radja. Estos nombres se convirtieron en la columna vertebral del equipo, respaldados por otros talentos como Goran Sobin, Zoran Sretenovic, , Luka Pavicevic o Zan Tabak.

Perasovic recuerda lo que era aquel grupo, lo que significa ser parte del equipo “Aquel equipo fue especial. Sólo pensábamos en el baloncesto. Todo el mundo estaba muy metido en todo lo que hacíamos cada día, en cada entrenamiento. Yo no he estado en ningún otro equipo con una mentalidad para el baloncesto como ese”.

La mentalidad del equipo fue un componente crucial en su éxito. En un campeonato nacional dominado por equipos de renombre como el Estrella Roja, el Partizán de Vlade Divac, Zarko Paspalj y Djordjevic, y la Cibona de Drazen Petrovic, Zoran Cutura y Danko Cvjeticanin, Jugoplastika emergió como campeona, con una impresionante marca de 21-1 en la liga regular. Se había reunido una selección de jugadores extraordinarios, formando una máquina bien engrasada lista para desafíos aún mayores. Era un fenómeno único, con un solo rumbo claro: la victoria.

Lo habían logrado a nivel doméstico, pero para la temporada siguiente tendría que demostrar ante los mejores equipos de Europa de lo que podría ser capaz la descomunal calidad y desparpajo que poseían. Todos los ojos estaban posados sobre ellos. ¿Sentirían la presión?.

 

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