Cuando esta noche salgan a la cancha, los Cavs intentarán cortar una de las rachas negativas más grandes del deporte estadounidense.
LeBron quiere cortar con la racha perdedora de Cleveland
Como lo llevan haciendo por más de una década (con una interrupción de cuatro años en el medio), los habitantes de Cleveland confían en que LeBron James sea el salvador y el héroe capaz de terminar con la enorme sequía deportiva que afecta a la ciudad. Los Cavs juegan un histórico séptimo partido ante Golden State y la maldición está más cerca que nunca de romperse.
¿De qué maldición hablamos? De la que afecta a Cleveland, dentro de los deportes profesionales más populares de Estados Unidos. Desde 1964, con el título NFL de los Browns, que la ciudad no tiene un campeón en ninguna disciplina relevante. Son 52 años de sequía pura, para Browns (NFL), Indians (MLB) y por supuesto, Cavaliers (NBA).
Para poner contexto la magnitud de la racha, hay que marcar que hay otras 19 ciudades que tienen al menos tres equipos en las ligas grandes (NFL, MLB, NBA y NHL) y todas ellas registran un campeonato de 1990 en adelante. ¿La que más espera acumula? Washington DC, con 25 años… menos de la mitad que Cleveland.
A diferencia de otras maldiciones del deporte estadounidense, acá no se habla de orígenes extravagantes ni grandes leyendas detrás. Simplemente se trata del reflejo de una ciudad que por más que lo ha buscado, no logra terminar con su mala suerte.
Tan desesperados están los habitantes de Cleveland por sentir un festejo propio, que en mayo de este año se adjudicaron el campeonato UFC del nativo de la ciudad, Stipe Miocic. Varios medios locales hablaron del final de la maldición, pero la realidad es que el destino de la misma sigue en manos de LeBron James y sus compañeros.
La buena noticia, es que los habitantes del error en el lago, como se conoce a la ciudad de los Cavaliers peyorativamente, han recibido por estas horas un guiño del destino: la semana pasada, los Lake Erie Monsters se coronaron en la AHL (una especie de liga de desarrollo de la NHL), ante casi 20 mil personas en el Quicken Loans Arena. ¿La última vez que lo habían hecho? 1964, justamente el mismo año que la ciudad tuvo su último desfile victorioso.
¿Puede LeBron cumplir con la profecia del elegido y cerrar un ciclo nefasto para el deporte de la ciudad?, ¿o se sumará un nuevo capítulo de frustración a un archivo cada vez más pesado? Por suerte, no hay que esperar mucho más para conocer la respuesta a estas preguntas. En apenas unas horas, sabremos si la maldición vive, o de una vez por todas, puede descansar.
Por basquetplus.com / Photo NBA Media
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