Final NBA 1993: Chicago Bulls vs. Phoenix Suns

CHICAGO – JUNE 16: Michael Jordan #23 of the Chicago Bulls posts up against Kevin Jonson #7 of the Phoenix Suns in Game Four of the 1993 NBA Finals on June 16, 1993 at the Chicago Stadium in Chicago, Illinois. The Bulls won 111-105. NOTE TO USER: User expressly acknowledges and agrees that, by downloading and/or using this Photograph, user is consenting to the terms and conditions of the Getty Images License Agreement. Mandatory Copyright Notice: Copyright 1993 NBAE (Photo by Andrew D. Bernstein/NBAE via Getty Images)

Los Bulls llegan a una nueva final de la NBA, la tercera consecutiva, algo al alcance de muy pocos elegidos. En este caso se cruzan con los Phoenix Suns, un rival muy complicado. Son el mejor equipo del Oeste durante la fase regular, con un balance de 62-20 por lo que tienen el factor cancha a su favor. Juegan liderados por el om- nipresente Charles Barkley, MVP de la temporada

Es un auténtico guerrero. Mide 1,98 m. pero domina la pintura a base de potencia y de convicción, una convicción que pervive hasta el final, hasta cuando lesionado, y tras meses en el dique seco, disputa el último partido de la temporada regular, atrapa un rebote ofensivo y anota su última canasta.

Aparte de Charles Barkley, los Suns de 1993 están formados por Kevin Johnson como base, una de las estrellas del año; Dan Majerle, reconocido defensor en el puesto escolta; Richard Dumas, jugador de breve carrera NBA que está en su mejor momento cuando llega a esta final; y Mark West, un sacrificado pívot que respalda la labor de Barkley, el líder desde el puesto de cuatro.

En el banquillo del equipo que entrena Paul Westphal, hay talentos del calibre de Danny Ainge, curtido en mil batallas con los Celtics; un All Star como Tom Chambers ya en la recta final de su carrera, y Oliver Miller, un pujante interior.

GAME 1. ES MEJOR COMENZAR GANANDO

 La final empieza mal para Phoenix. Los Suns inician la eliminatoria animados por el comodín de jugar en casa los dos primeros partidos pero pierden ambos tras dar unas facilidades que los Bulls no desaprovechan. El segundo encuentro se salda con un resultado más ajustado (111-108) que el que abre la final (100-92).

El estreno está marcado por la mejor salida de los Bulls, sorprendiendo a unos jugadores locales visiblemente nerviosos, que de pronto se ven catorce puntos aba- jo al cierre del primer acto. A partir de ahí, las cosas se igualan, y en el tercer cuarto los Suns logran meterse en el partido, pero Chicago remata su plan de ganar el primer duelo, dando muestras de una mejor mentalidad.

El banquillo de los Bulls solo aporta 6 de los 100 puntos anotados. Todo se basa en su cinco titular: Armstrong logra 16 puntos y 5 asistencias; Jordan, 31 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias y 5 recuperaciones; Pippen 27 puntos, 9 rebotes y 5 asistencias; Grant 11 puntos, 7 rebotes y 5 asistencias; y Cartwright, 9 puntos.

Barkley rinde de forma discreta: 21 puntos (9/25 en tiros de campo), 11 rebotes y 5 asistencias. Dumas se da a conocer en el mundo entero con sus 20 puntos y 12 rebotes; Majerle, con 16 p. y 8 reb., cumple, y Kevin Johnson, con 11 puntos, está flojo.

Jordan, molesto por el seguimiento mediático al que se ve sometido por su “afición” a las apuestas deportivas, con fuentes que hablan de unas pérdidas de 1,2 millones de dólares, mantiene un boicot de quince días a los medios que rompe al terminar este encuentro ante los Suns para centrarse en hablar solo de baloncesto: “Sentimos que estaban un poco deslucidos defensivamente. Creo que en cualquier situación, tienes que adaptarte, y les costó la mitad del partido adaptarse a lo que estábamos haciendo. Estoy bastante seguro de que mirarán el video del partido y harán ajustes a partir de este momento. Nosotros les sorprendimos con nuestro movimiento de balón, nuestra ejecución ofensiva, y creo que les pusimos pronto en apuros”.

Barkley no oculta su frustración por la primera derrota de la final e intenta qui- tarse presión de cara a los siguientes encuentros: “No jugué bien y si no juego bien, a veces creo que el equipo se alimenta de eso. No jugué bien y supongo que asumiré la responsabilidad por esta noche. Los lanzamientos simplemente no entraron. Nunca me preocupo por eso. Solo los lanzo. Si entran, entran. Si lo peor que puede pasar es que pierdes un partido de baloncesto, te irá bien”.

GAME 2. JORDAN SE LLEVA EL DUELO DIRECTO ANTE BARKLEY

Este partido nos ofrece uno de los mayores duelos de la historia de las finales de la NBA. Jordan y Barkley rebasan cada uno la barrera de los 40 puntos, algo inaudito hasta la fecha.

Ambos absorben todos los focos en una batalla que se decide en las jugadas finales, con el 23 de los Bulls anotando doce de los últimos catorce puntos de Chicago para poner el 111-108 y el 0-2 en una final que se le pone muy de cara a los Bulls tras vencer en los dos primeros partidos como visitante.

Barkley termina con 42 puntos y 13 rebotes, Ainge, que tiene un rol de suplente, aporta 20 puntos y 4 asistencias, y Majerle, añade 13 puntos, 9 rebotes y 5 tapones. Los 42 puntos, 12 rebotes y 9 asistencias de Jordan resumen una de esas exhibicio- nes que le encumbran como uno de los mejores, si no el mejor, de la historia.

Grant destaca con 24 puntos y 8 rebotes, y Pippen contribuye al éxito con un triple-doble en su afán por ayudar en todo lo que sea necesario (15 puntos, 12 rebotes y 12 asistencias).

Los Suns tienen el dudoso honor de ser el primer equipo en la historia de la NBA que pierde sus dos primeros encuentros de una final con el factor cancha a su favor, y así aterrizan en el Chicago Stadium, la sede de los próximos enfrentamientos de la serie.

Aun así, Barkley ejerce de líder y a pesar de las derrotas busca el modo de ani- mar a los Suns: “Estamos en un gran hoyo en este momento y estamos en el estado correcto para grandes hoyos. Encajaríamos perfectamente en el Gran Cañón”.

Phil Jackson subraya su fe ciega en los suyos: “No pensé pasara lo que pasara, que íbamos a perder en ningún momento del partido. La intensidad siempre parecía volver hacia nosotros”. 

GAME 3. LOS SUNS SE ESTRENAN TRAS UNA LOCURA DE TRES PRÓRROGAS

Este encuentro es una pelea sin ganador hasta que concluyen tres prórrogas, algo que solo ha ocurrido una vez antes en la NBA, en la final de 1976 entre los Celtics y los propios Suns.

Los Bulls, ante su afición, saltan plenos de energía, con un parcial favorable de 4-17 que presagia su dominio pero es un espejismo.

Al pasar más minutos, los Suns igualan el marcador y gracias a su notable porcentaje en los triples consiguen una ventaja de once puntos a falta de seis minutos por jugarse.

Chicago despierta con un parcial (2-13) que empata el encuentro a poco más de un minuto de extinguirse el tiempo reglamentario. Cuando Jordan tiene en sus dedos la posibilidad de ganar, Kevin Johnson le roba el balón y Barkley intenta un último tiro lejano que no entra en el aro (103-103).

La primera prórroga es un despropósito en ataque. Cada equipo anota cuatro puntos así que llega otro tiempo extra.

La historia se repite. Romos en ataque, los fallos de unos y otros se suceden dentro de una catarata de errores generada por su común miedo a perder.

Majerle empata el marcador (114-114) a tres segundos del final. En la otra punta del campo, Pippen tiene a su alcance el último lanzamiento pero falla.

Ya en la tercera prórroga, los Suns encadenan un parcial (9-0) que sentencia el maratoniano partido (125-118) a poco más de un minuto para el final. Jordan intenta el último esfuerzo, pero ni él ni Pippen, incapaz de anotar en las dos últimas prórrogas, impiden la alegría de los Phoenix Suns (129-121), que aprietan la serie (2-1). En el equipo de Illinois, Jordan termina con 44 puntos, 9 rebotes y 6 asistencias, guiando a Pippen, con 26 puntos, 10 rebotes y 9 asistencias; Armstrong, con 21 puntos y 7 asistencias; y Grant, con 13 puntos y 17 rebotes, en el cuarteto más destacable de los Bulls.

En Phoenix, sobresale Majerle con 28 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias. Ade- más, Johnson añade 25 puntos, 9 asistencias y 7 rebotes (¡juega 62 minutos!) y Barkley aporta 24 puntos y 19 rebotes, como los más destacados, bien secundados por Dumas (17 puntos y 5 rebotes), Chambers (12 p.), West (11 p.), y Ainge (10 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias).

Al término de tan feroz rivalidad, Barkley está radiante: “Es el mejor partido en el que he jugado. En realidad, no me importaba quién ganaba o quién perdía. Solo creo que, personalmente, dimos todo lo que teníamos. Ellos dieron todo lo que te- nían. Y esa es la forma en que se debe de jugar. No pienso en nada más. No se trata solo de ganar y perder. Se trata de hacer lo mejor que puedas en todo momento”.

Michael Jordan alega cansancio para explicar sus fallos en muchos tiros y en momentos decisivos: “Creo que era muy evidente que estábamos cansados. Nues- tros lanzamientos y nuestra defensa reflejaron nuestro cansancio. Ellos parecían estar más frescos en el tiempo extra que nosotros. Hay que darles crédito por la re- sistencia que tienen, la determinación y el trabajo duro que pusieron en la cancha de baloncesto para ganar el partido”.

Jordan se marcha a casa con la mente endemoniada, no logra sacarse de la cabeza sus errores ofensivos durante las tres prórrogas, y se promete así mismo que en el cuarto encuentro se verá su mejor versión, la de su legendario “modo imparable” de sus épicas noches, quiere aprovechar esa rabia.

GAME 4. LOS 55 DE MICHAEL, DEMASIADO PARA UNOS SUNS AL LÍMITE

Este es otro partido que nace muy igualado pero esta vez Jordan no permite que el rival se le escape, no consiente que su equipo naufrague en dos noches en casa, lo cual daría alas a los Suns. El escolta no mira atrás y anota 55 puntos, 22 p en un mismo cuarto (récord histórico), empatando la segunda mejor marca en una final NBA,la que hizo Rick Barry con los Warriors en 1967. Además, se queda a seis puntos de la máxima anotación de un jugador de una final, honor que corresponde al Elgin Baylor de los Lakers de 1962.

Jordan anota esas canastas con un 57% de efectividad en el lanzamiento, lide- rando a los Chicago Bulls hasta el triunfo (105-111) para colocar la eliminatoria en un 3-1 que les da ya su tercer anillo de forma oficiosa, ya que se trata de una diferencia nunca remontada hasta entonces.

Michael ha asestado un certero y letal zarpazo.

Además del 23 de los Bulls, brillan otros jugadores locales como Grant (17 puntos, 16 rebotes y 3 tapones), Pippen, (14 puntos y 10 asistencias) y Armstrong (11 puntos y 6 asistencias).

En Phoenix, Barkley acaba con un triple-doble (32 puntos, 12 rebotes y 10 asis- tencias), Johnson suma 19 puntos, Dumas hace 17 p., y Majerle añade 14 p.

Así habla el líder de Chicago al concluir: “No sentí que me estaba haciendo cargo del juego de mi equipo. Solo estaba penetrando, consiguiendo canastas fáciles. Sentía que podía sacar provecho de la defensa. Muchas veces en un gran par- tido, trato de hacer demasiado, me involucro demasiado. Esta vez traté de llevar la carga del equipo, ir más hacía la canasta. Cuando necesitábamos una canasta importante, anotaba una canasta importante. Ese es mi papel en este equipo. Lo que sea necesario para superar el bache en el que nos encontremos”.

GAME 5. PHOENIX SALVA LA PRIMERA BOLA DE PARTIDO

De cara al quinto emparejamiento, Chicago tiene la oportunidad de zanjar la final ante su afición pero los Suns se resisten. Empiezan mejor en el nuevo duelo (33-21) y aunque los locales responden, la realidad es que el juego está dominado en todo momento por Phoenix, que ata una victoria (108-98) que pone la final con balance de 3-2.

Todo el ataque de los visitantes recae en el tridente que conforman Kevin John- son (25 puntos), Dumas (25 p.) y Barkley (24 p.), con Majerle ayudando con sus 11 puntos, 12 rebotes y 7 asistencias.

En los Bulls, Jordan firma 41 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias, aglutinando gran parte del juego de los suyos. Pippen aporta 22 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, y Paxson, desde el banco, añade 12 puntos.

Tras dos derrotas en casa al inicio de la eliminatoria, error que les lastra, Phoe- nix ha sido capaz de vencer en dos de los tres encuentros en el Chicago Stadium (pabellón que en 1994 dará paso al United Center).

Barkley, tras vencer en la Ciudad del Viento para impedir que los Bulls ganasen su tercer anillo ante su afición se muestra muy guasón: “Tapiaron puertas y ventanas de todas las tiendas”, señala refiriéndose a las precauciones tomadas en la ciudad de Chicago por temor a posibles disturbios.

Y añade: “Hasta prepararon a los militares. Todo esto fue muy prematuro. Ya pueden retirar la madera contrachapada de las ventanas, no las necesitarán esta noche”.

En el otro vestuario, Jordan no oculta su decepción por la oportunidad perdida: “Ustedes nunca sabrán lo que se necesita para jugar en un partido como este. A veces el deseo, el corazón, la energía está ahí para lograrlo pero el cuerpo y la mente realmente no actúan como uno solo, y creo que eso fue lo que pasó esta noche. Creo que todos estaban decididos a ganar. Queríamos ganar. Pero cuando queríamos hacer las cosas necesarias para ganar, nuestros cuerpos no reaccionaron como queríamos”.

GAME 6. PAXSON DESATA LA LOCURA DEL THREE-PEAT

20 de junio de 1993, Arizona. Los Suns pelean hasta el último aliento en busca del triunfo y de forzar el séptimo combate pero la historia no les espera a ellos, la historia se cita con los Bulls. que encadenan su tercer campeonato consecutivo, un hito inalcanzable para muchos.

Chicago sale muy acertado en ataque, anotando 37 puntos en el primer cuarto y cogiendo una ventaja nueve puntos. Esa renta es la tónica durante todo el encuentro aunque siempre con los Suns muy cerca, amenazando con remontar el marcador en cualquier momento.

En las últimas posesiones, a diez segundos del final, una acción lo decide todo.

Los Suns ganan de dos, y la última bola es para los Bulls.

Toda la defensa se centra en Michael, saben que, como tantas y tantas veces, él lanzará a canasta pero esta noche la resolución será distinta.

El escolta arrastra a toda la defensa, lo que Grant aprovecha para darle un pase liberado a Paxson, todo un seguro desde la larga distancia con su 62,5% de eficacia en triples en este playoff, que no falla, mete su lanzamiento y se cita con la gloria (99-98) del título (4-2).

Jordan concluye con 33 puntos, 8 rebotes y 7 asistencias; Pippen, con 23 puntos, 12 rebotes, 5 asistencias y 4 recuperaciones, y Armstrong, con 18 puntos y 4 asistencias.

En los Suns, Barkley se queda en 21 puntos y 17 rebotes, Majerle en 21 puntos y 8 rebotes, Johnson en 19 puntos, 10 asistencias y 5 rebotes, y Chambers en 12 puntos (saliendo como suplente).

Paxson no cabe en si de gozo bañado en champan: “Creo que todos los niños alguna vez han estado en un parque, en un camino, o en su patio trasero tirando a canasta para ganar partidos. Tengo un hijo de 6 años que lo hace todos los días… He vivido mi fantasía de cuando era joven. Aún no sé lo que esto significa, creo que sucederá con el tiempo. Me sentí bien cuando el balón salió de mi mano.”

Barkley claudica e intenta definir su estado de ánimo tras perder la oportunidad de lucir un anillo (se retiró sin ser jamás campeón): “No estoy sorprendido ni nada. La gente no entiende, a veces piensan en cuánto dinero ganas o en cuántos anun- cios haces. Pero en momentos como este es difícil ser un atleta, ya sea de la Serie Mundial, la Super Bowl o tras perder una oportunidad como esta”.

Un exhausto Michael Jordan reconoce lo duro que ha sido el camino para conquistar este tercer campeonato: “Fue mucho más difícil que cualquier otra cosa que haya hecho en el baloncesto. Los altibajos, el enfoque mental. Fue duro… Pero nunca perdimos la esperanza. Aguantamos.”

Para los Chicago Bulls este éxito tiene un valor incalculable ya que desde los Celtics ganaron ocho anillos consecutivos entre 1958 y 1966, y antes los Minnea- polis Lakers, tres de 1952 a 1954, ninguna otra franquicia de la NBA ha sido capaz de conseguir tres anillos seguidos.

En lo individual, Michael Jordan acapara su tercer MVP de las finales, con 41 puntos de media, una auténtica barbaridad, tanto que supone un récord que supera los 40,8 p. que promedió Rick Barry con los San Francisco Warriors ante los Sixers en 1967, y los 40,6 p. de Elgin Baylor con los Angeles Lakers ante Celtics en 1962. Y a día de hoy, ese promedio anotador del 23 de los Bulls en una serie final sigue siendo una marca que nadie ha logrado superar.

Estadísticas jugador por jugador (* = titulares)

Chicago Bulls

*BJ Armstrong – 13.5 puntos, 5.0 asistencias y 1.8 rebotes

*Michael Jordan – 41.0 puntos, 8.5 rebotes, 6.3 asistencias y 1.7 recuperaciones

*Scottie Pippen – 21.2 puntos, 9.2 rebotes, 7.7 asistencias, 2.0 recuperaciones y 1.0 tapón

*Horace Grant – 11.2 puntos, 10.3 rebotes, 2.3 asistencias, 1.5 recuperaciones y 1.5 tapones

*Bill Cartwright – 4.3 puntos, 3.2 rebotes y 1.7 asistencias

John Paxson – 5.8 puntos y 1.5 rebotes

Scott Williams – 4.7 puntos, 6.3 rebotes, 1.7 asistencias y 1.5 tapones

Trent Tucker – 2.8 puntos

Stacey King – 2.2 puntos y 1.3 rebotes

Darrell Walker Disputó cinco minutos en tres partidos sin estadísticas destacables

Will Perdue – 3 rebotes en el único partido que disputó

Rodney McCray – 1 rebote en el único partido que disputó

Phoenix Suns

*Kevin Johnson – 17.2 puntos, 6.5 asistencias, 3.0 rebotes y 1.3 recuperaciones

*Dan Majerle – 17.2 puntos, 8.2 rebotes, 3.7 asistencias, 2.2 tapones y 1.3 recupe- raciones

*Richard Dumas – 15.8 puntos, 4.3 rebotes, 1.3 recuperaciones y 1.0 asistencia

*Charles Barkley – 27.3 puntos, 13.0 rebotes, 5.5 asistencias y 1.2 recuperaciones

*Mark West – 5.7 puntos, 4.3 rebotes y 1.2 tapones

Danny Ainge – 8.8 puntos, 3.0 rebotes y 2.5 asistencias

Tom Chambers – 6.7 puntos y 3.0 rebotes

Oliver Miller – 5.0 puntos, 4.2 rebotes y 1.3 asistencias

Frank Johnson – 3.0 puntos

Jerrod Mustaf – Sin estadísticas destacadas en los dos encuentros que disputó

*Extracto del libro “Chicago Bulls, la dinastía inmortal”

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